Este miércoles 22 de marzo próximo, a las 20:00 horas, se realizará en el Centro de Extensión UCM de Talca una nueva cita del Ciclo de Cine Arte dedicado al gran cineasta polaco: “Krzysztof Kieslowskise”, la película a exhibir será “Tres Colores: Blanco”, un filme para mayores de 18 años, que relata la vida de Karol, un inmigrante polaco que vive en Francia, y que ama profundamente a su esposa Dominique.
Pese a ese lazo tan importante que los liga, los problemas maritales provocan el divorcio y una serie de penurias se sucederán en la vida de este hombre que se verá obligado a volver a su Polonia natal, para intentar sobrevivir como pueda, pero su único propósito será siempre reconquistar, de alguna manera, a su mujer.
Las adhesiones para disfrutar de este interesante filme serán de $500 para el público general; 2x1 para suscriptores de Diario El Centro y gratis para estudiantes y funcionarios UCM.
Es importante mencionar que este director nació en Polonia en 1941 y se destacó por ser uno de los denominados cineastas de la “ansiedad moral”; además, fue autor de documentales y dramas de la vida cotidiana, que examinaban la naturaleza de las ideologías dominantes.
En sus inicios se dedicó a los documentales, pero debido a la censura de la época prefirió hacer cine narrativo. Así, entre 1989 y 1990, su carrera dio un giro drástico con la emisión de la mini serie “El Decálogo”, compuesta por 10 cortometrajes estructurados en torno a los Diez Mandamientos.
Posteriormente, en 1991 llevó a cabo “La Doble Vida de Verónica”, que continuó con la ambiciosa temática de su serie, pero su mayor éxito es la trilogía “Tres Colores”: Bleu (Azul), Blanc (Blanco), Rouge (Rojo), pensada como un homenaje a la bandera del país que lo cobijó y apoyó: Francia.
Lectura Católica de “Tres Colores: Blanco”
En las relaciones humanas se dan sin duda diversas formas de trato, sean positivas o negativas. El filme que nos ocupa presenta, ante todo, aspectos negativos de una relación matrimonial que se rompe: miedo, crueldad, deseo de revancha, apegos indebidos. Se hace patente que en el corazón humano anidan no sólo buenos propósitos, sino también inclinaciones terribles de humillación y venganza. Así, este filme, pese al tono a veces jocoso con que presenta a personajes y acontecimientos, se ocupa de esta última dimensión. La pregunta es, por tanto, si ese tipo de relación humana deformada se puede abrir al perdón y, de esta forma, a la posibilidad de recomenzar. Una cabal respuesta a este interrogante procede, en el filme, de una atenta interpretación de la escena final.
Prof. César Lambert.
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